La música es una herramienta increíble para enseñar un idioma. Una buena canción que llame su atención se les quedará bien grabada incluso mucho después de que acabe la clase. Los niños aprenden vocabulario, estructuras gramaticales y el ritmo del idioma simplemente haciendo algo que ya de por sí les encanta…¡cantar!.

Además, la música puede tener una gran variedad de funciones. Puede predisponerles a tener un determinado estado de ánimo (tranquilos/activos). Puede usarse como transición de una actividad a otra, para captar su atención, para crear una vinculación emocional o afectiva, para introducir nuevo vocabulario o repasar lo ya visto. Infinidad de usos, vaya.

También los cuentos e historias, tanto clásicas como nuevas.

Actividades como ARTS&CRAFTS, COOKING, ROLE PLAYS, GAMES y THEATRE ayudan a los niños a aprender sin esfuerzo, al plantear muchas veces situaciones de la vida cotidiana que les son familiares y que, además, son muy visuales.